lunes, 26 de septiembre de 2011

El VIH/SIDA, la familia y el entorno social: La experiencia real de una portadora contada para ustedes!

http://blogs.elheraldo.hn/rompiendoeltabu/2011/09/25/el-vihsida-la-familia-y-el-entorno-social/


Por merazo el 25 Septiembre, 2011

Saludos amigas, amigos y amigues…

Me he dado tiempo para leer los comentarios sobre los post del blog que nos ha autorizado diario El Heraldo en esta iniciativa de ofrecer al público espacios elaborados por los mismos personajes que experimentan estas situaciones de vida a diario, entre ellos, los deportes, la salud, la nutrición, y demás temas expuestos por los expertos.

El tema Tabú de hoy:

El VIH/SIDA, la familia y el entorno social.

Varias personas me han escrito a mi correo personal para hacer las preguntas que no se atreven a hacerlas en el área de los comentarios y la mayoría preguntan sobre el entorno familiar, cómo ha afectado y cómo se hace para aprender a lidiar con ello.

Para comenzar, cabe mencionar que la familia es el único grupo de personas que no podemos escoger, podemos elegir nuestras amistades, nuestras relaciones sentimentales pero no podemos elegir en qué familia nacemos. Cuando el diagnóstico de la prueba del VIH/SIDA está en tus manos y eres positivo, vienen una serie de situaciones muy personales y de muy poca apreciación por su entorno social.

Sentimiento de culpabilidad: La persona padecerá la enfermedad e irá a la tumba con vergüenza, con la pena moral de saber que adquirió el virus a través de sus órganos genitales, lo que lo hace sentirse cuestionado por los hábitos sexuales que comparte, especialmente en nuestra sociedad donde aún existe tabú con el sexo. Otras personas suelen dar la excusa de que fue por medio de una transfusión de sangre, la solución para esto es dejar de preguntarse cómo fue, sino cómo me siento ahora que tengo el virus en mi sistema.

Rechazo de la sociedad: las personas se encuentran totalmente desasistidas, en el sentido de que los seguros de vida no cubren al VIH/SIDA dentro de sus planes de resguardo, tampoco las opciones de becas universitarias, ni siquiera los trabajos a los que están preparados les aceptan por tener VIH. Por otra parte, en el largo período de incubación de la enfermedad el paciente puede tener contacto con múltiples parejas sexuales y puede mantenerse sano pero siempre se mantiene con un temor interno.

Los pacientes tienen la intención de confesar a su familia que es portador del VIH, pero no lo hace por temor al rechazo de quien le ha brindado afecto y consideración. Quizá uno de los momentos más cruciales en la vida de los pacientes es el momento que deben enfrentar a su grupo familiar para enterarlos del problema, en estas investigaciones que se han hecho se encontró que, contrariamente de lo que podemos pensar, son los hermanos quienes terminan haciéndose cargo del paciente. Existe una discriminación marcada por parte de los padres que está basada en el temor al rechazo de la sociedad hacia toda la familia, por el hecho de tener un hijo portador del virus del VIH. En mi caso personal, tengo contacto con mi madre Nora Schauer y es ella quien ha sido el pilar fundamental en mi vida en referencia al VIH, con mi padre aún no logramos comunicación y aún no sé cómo hacer para resolver ese aspecto (se aceptan opiniones), pero estoy seguro que algún día se dará.


Aspectos psicológicos en una persona con enfermedad terminal.

(Terminal, en referencia a una cura que aún no existe)

Existen cinco etapas que se encuentran presentes en las personas con enfermedad terminal, dentro de los cuales se incluyen personas que viven con el VIH/SIDA y que están presentes en cualquier situación de pérdida, estas etapas pueden presentarse en forma desordenada y será la misma persona quien abandone la etapa en la que se encuentr, cuando se sienta cómodo para hacerlo.



Shock y negación, rabia, pacto, depresión y aceptación.

El shock y la negación: Es el momento de impacto en el cual la persona no puede creer lo que le está ocurriendo, no cree en el diagnóstico y pronóstico de la enfermedad, comienza a visitar diferentes médicos, buscando uno que le ofrezca una respuesta satisfactoria; pero en realidad la persona no está buscando opiniones médicas, en realidad está elaborando el proceso de duelo. La negación es un mecanismo de defensa del yo, que protege al paciente en una situación de peligro para evitar situaciones de ansiedad intensa ante la amenaza de una muerte próxima, esta protección se realiza negando la existencia de lo que le está ocurriendo.
Rabia: Es un mecanismo de defensa del individuo por desplazamiento; es decir que la molestia que siente contra sí mismo la manifiesta contra otras personas. Culpa a los médicos por haberle realizado un diagnóstico, a las enfermeras que le tomaron la muestra, a su pareja que le transmitió la enfermedad, a los familiares por no aconsejarle correctamente, etc.

La persona se podría volver hostil, demandante y descalificadora. En esta etapa es importante que la familia conozca el proceso de duelo que está atravesando la persona para que no sobresalga en él o ella la violencia y pueda tornarse agresivo, pasar a un estado de depresión que puede traer como consecuencia que el paciente permanezca más tiempo en esta etapa y lo predisponga al suicidio. En otras ocasiones la misma persona por rabia podría comenzar a generar una venganza contra las personas pasando el virus a toda aquella que se le cruce por enfrente. Me atrevería a decir, sin ánimos de ofender, pero todos somos positivos hasta que se demuestre lo contrario, quizá así los grupos conservadores piensen mejor y recuerden que todo esto es para el bien de las siguientes generaciones.

Pacto: Es el último intento que hace la persona por sobrevivir, se aferra a las imágenes, visita al sacerdote, incursiona en algún culto religioso, hace promesas de que se va a portar bien, etc. y pide desde el fondo de su corazón que le dé tiempo para cumplir alguna meta anhelada. Debemos respetar sus creencias, costumbres y actitudes y dejarles que utilice los recursos que le ofrezcan esperanza.

Depresión: En esta etapa la persona se encuentra en un estado de tristeza profunda, con enlentecimiento motor. En una publicación que leí de las Clínicas Psiquiátricas de Norteamérica, los autores señalan que algunos pacientes portadores del VIH/SIDA presentan cuadros de depresión mayor, diferentes tipos de encefalopatía y ya comienzan a reportarse casos de la enfermedad de Alzheimer en los Estados Unidos.

Aceptación: En esta etapa la persona se encuentra resignada, esperando el desenlace fatal de la enfermedad, la etapa de SIDA, es ahí cuando se dependerá de los familiares o acompañantes para sus tareas domésticas y para realizar sus normas de higiene.

Aspectos psicosociales

Estrés: El estrés de estas personas está centrado en la edad en que ocurre y la alta mortalidad.

El hecho de que esta enfermedad ocurre en una etapa productiva y reproductiva de sus vidas (25-49 años), un momento de la vida en el cual reafirma su crisis de identidad, cultiva su patrón de vida adulta, escoge una profesión u ocupación y formaliza una relación duradera. Es una edad en la cual no espera ser notificado de una enfermedad potencialmente grave y fatal como el VIH/SIDA.

Ansiedad: Los estados de ansiedad son reforzados por la difusión de los medios de comunicación quienes hacen más énfasis en la alta mortalidad de la enfermedad, más que en los aspectos preventivos de la misma. Por otra parte, el paciente se encuentra desmoralizado cuando se entera del fallecimiento de un paciente que hasta hace poco se veía en “aparentes buenas condiciones”.

Depresión: El sentimiento que predomina en estos pacientes es la tristeza que los embarga.

Apoyo social: No existen redes de apoyo familiar y comunitario, ni siquiera en el nivel sanitario para eas personas.

Como verán amigos, aparte de tener que lidiar interna y personalmente con todos estos aspectos y a esto agreguemos el hecho de pertenecer a una orientación sexual distinta a los demás, también hay que lidiar con gente en la calle que por las simples ganas de decir “SIDOSO”, la vida se puede tornar algo frustrante.

Hay dos formas de evitar todo esto que han leído:

1. La prevención (ya sea con la abstinencia o el uso correcto del condón)

2. La educación

Y recuerda, para saber más, te invito a que te unas a nuestra campaña “Hazte amigo de una persona que tiene VIH”, su vida mejorará  y la tuya también.

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